Un mosquito en la habitación

Que desagradable ese pequeño insecto que la mayoría del tiempo ni siquiera sabemos que está ahí pero que llega la noche, la calma de la habitación y aparece como de la nada y empieza a revolotear en tu oído. Que bichejo tan pequeño pero que puede mantenernos en vela toda una noche.

Te preguntarás ¿A que viene todo esto?

A que esta semana me ha pasado, por partida doble, con un mosquito (el insecto) y con un, podemos llamar, «mosquito interno». Esos pensamientos, normalmente preocupaciones, problemas, angustias… y también esas molestias, dolencias o síntomas que llegan en el calor de la cama y no nos dejan dormir.

Cosas que quizás durante el día no hemos sido conscientes porque las hemos ocultado con alguna de las 1000 cosas que hacemos. Pero cuando llega la quietud de la noche y el cuerpo se relaja salen, como el mosquito, y no nos dejan dormir.

La ironía es que en la mayoría de los casos no podemos resolverlos estando en la cama, tendremos que esperar al día siguiente para solucionarlos.

Conscientemente lo sabemos pero hay algo ahí que no nos deja pensar en otra cosa y es que al final, nuestro cerebro esta ahí para recordarnos lo negativo, las cosas que nos faltan, los dolores  y ahora que todo lo demás está en silencio es el momento de sacarlos a la superficie.

Y ahora ¿qué?

Al final, nos acabamos durmiendo, sin llegar al sueño profundo y al día siguiente nos levantamos cansados, con la cabeza un poco embotada.

Ha llegado el momento de buscar la solución, de hacer lo necesario para resolver los problemas o eso sería lo ideal hasta que llega la rutina y nos vuelve a absorber y nos olvidamos hasta la noche siguiente. Y así, lo alargamos hasta que no podemos más.

 

En la consulta lo vemos, principalmente con problemas más físicos:

  • Dolor de espalda
  • Ciáticas
  • Hernias discales
  • Dolores de cabeza
  • Problemas digestivos
  • Insomnio
  • Estrés

Lo que vemos es que esos síntomas, esas señales que nos va mandando nuestro cuerpo, los vamos ocultando o tapando con capas de otras cosas como:

  • Medicación para el dolor
  • Pastillas para dormir
  • Diciendo «es normal por mi trabajo» o «ahora todos estamos así»

Pero con todo esto lo único que estamos haciendo es perpetuar, incluso agravar el problema y sus consecuencias.

Esperamos y esperamos hasta que ya no podemos más y entonces, es demasiado tarde.

Llegáis a la consulta con dolores crónicos desde hace años, con problemas de estrés, ansiedad o depresión de bastante duración.

¿No sería más fácil atajar el problema cuando empieza a salir en esas noches cuando estamos relajados?

La vida está para disfrutarla, con salud y para poder hacerlo no podemos esperar a que el cuerpo esté destrozado y ya no pueda más.

Empieza a cuidarte ya y no dejes que esto suceda.

¡Nosotros te ayudamos!