Imagino que si has llegado hasta aquí es porque ya sabes lo que hace la quiropráctica y sus beneficios, pero por si es el primer post que lees te hago un resumen:
Los quiroprácticos nos encargamos de ajustar la columna vertebral. Observamos y evaluamos tu postura, tu equilibrio y cómo se mueven tus vertebras para saber si alguna de ellas está afectando al funcionamiento de tu Sistema Nervioso. Una columna que no se mueve bien implica muchas cosas: entre ellas: disminución del control motor, peor coordinación, peor gestión del estrés, problemas de sueño o digestión, ciática o dolores de cabeza entre otros.
Por eso, para nosotros un pilar fundamental de la salud es tener una columna vertebral sana y un Sistema Nervioso que funciona como tiene que hacerlo. Pero está claro que no sólo con ajustarnos vamos a conseguir tener una salud de hierro y de esto va el post, de todas las cosas que podemos añadir en nuestro día a día para complementar el cuidado quiropráctico y asegurarnos, ahora sí, de tener la mejor salud y calidad de vida posible.
En la consulta lo recalco mucho no, muchísimo: Son tus hábitos diarios los que determinan tu salud presente y futura. Y estos cambios sólo puedes hacerlos tú. Vamos con algunos ejemplos:
Hidratación para la mejora física
¿Cuánta agua bebes a lo largo del día? Si es menos de 1´5 litros deberías replantearte empezar a beber un poco más. Somos más de 50% agua y nuestro cuerpo la necesita para multitud de funciones, entre ellas la eliminación de toxinas que si no son eliminadas, se acumulan en el organismo y pueden suponer una fuente de estrés químico. El agua también es un componente fundamental para las articulaciones, necesitamos agua para que no se vayan secando.
El agua que bebas dependerá de tu peso y la actividad física que hagas (de lo que sudes). Te dejo una fórmula con la que puedes calcular la cantidad de agua óptima para ti.
Peso en Kg x 0´035
Ejercicio diario
Otro pilar fundamental de la salud tanto física como mental. No te voy a decir qué ejercicio o deporte tienes que practicar, haz el que más te guste, pero hazlo. Necesitamos tener una musculatura fuerte para que soporte el peso de nuestro cuerpo; si no la tenemos, todo ese esfuerzo va a las articulaciones. Tener la musculatura de la espalda fuerte nos ayuda a mantener mejor la postura, a que las vértebras no sufran tanto por el peso del cuerpo y a que mantengan mejor su posición.
Además el ejercicio tiene muchos beneficios a nivel mental, ya que ayuda a eliminar los efectos químicos del estrés en el organismo y aunque sólo sea por un rato, hace que la mente se centre en otra cosa que no sean los problemas que tenemos.
El ejercicio es el complemento ideal para tu cuidado quiropráctico, nos va a ayudar a que los ajustes se mantengan por más tiempo.
Respiración/relajación
Que todos estamos estresados no hace falta que lo diga, lo importante es saber salir de ese bucle de estrés y una herramienta fantástica es el control de la respiración. No hay que ser ningún experto, sólo tener un segundo para observarte y reconocer cómo es tu respiración en ese momento.
Lo más común hoy en día, si te fijas en las personas que están a tu alrededor, es que al inhalar el pecho se eleve. Este tipo de respiración es propia de los momentos de estrés, momentos de falta de aire y de agobio (como cuando hacemos ejercicio). Respirar así es necesario en momentos puntuales, cuando necesitamos que más cantidad de aire llegue a las células, pero el resto del tiempo deberíamos relajar la respiración y hacerla diafragmática, es decir, al inhalar debería inflarse la tripa y no el pecho.
Al principio te puede parecer difícil si has acostumbrado a tu cuerpo a esa respiración de estrés, pero como todo, solo requiere práctica. Un ejercicio muy fácil es: cuando estés en la cama listo para irte a dormir, coloca una mano en el pecho y otra en la tripa y concéntrate en mover sólo la que tienes en la barriga. Poco a poco tu cuerpo se irá acostumbrando a esta respiración y enseguida te encontrarás haciéndolo de manera natural.
Posturas
Lo he dejado para el final, pero quizás sea uno de los factores más importantes a tener en cuenta. Cuando venís a la consulta y analizamos vuestra postura, os dais cuenta de que estáis inclinados hacia un lado, que la cabeza está hacia delante o que os ha salido un poco de «chepa» y en ese momento intentáis corregirlo pero os voy a decir una cosa, ya no vais a poder. Los cambios posturales no se producen de un día para otro, son la consecuencia de horas y horas en esa posición hasta que la columna poco a poco, se va acostumbrando y cambiando de posición. Por eso si ahora intentas ponerte recto te va a resultar incómod@, vas a notar rigidez o incluso molestias.
Por eso, lo principal es devolverles la movilidad a esas vértebras que no se han quedado bloqueadas e ir enseñándoles su posición ideal. Los ajustes quiroprácticos son imprescindibles, pero sin tu colaboración no llegaremos muy lejos. Si en tu trabajo, en el sofá o durmiendo sigues manteniendo las mismas posturas que antes, no podremos cambiarte mucho.
Por eso aquí tu colaboración es fundamental, que te des cuenta de esas posturas dañinas para tu columna como pueden ser cruzar las piernas, inclinar tu cabeza hacia abajo para mirar el móvil, curvar tus hombros en el trabajo o dormir boca abajo, para conseguir cambiarlas y entre los dos producir esos cambios que tanto deseas.
Como ves la Quiropráctica por si sola no hace milagros, esto es un trabajo en equipo y en el fondo, tu salud es tuya. Yo te acompaño en el proceso y me aseguro de que tu cuerpo tenga la capacidad de adaptarse a todo lo que sucede en tu día a día, pero sin ti, nada de esto es posible.
Hazte responsable de tu salud