Estar bien estando bien

Cómo es nuestra cabeza que cuanto más hacemos, más queremos hacer y más necesidad tenemos de hacer.

¿A ti no te pasa?

A mi mucho, esa necesidad de estar haciendo cosas todo el tiempo, de no parar de trabajar, de no dejar las cosas a medias y así sentirte productivo para finalmente, acabar el día agotado sin haber tenido un ratito para ti, para descansar o relajarte y además, sin haber resuelto ese problema que tanto te atormenta.

Cada vez te cuesta más tener buenas ideas, resolver cosas que antes te costaban nada y acabas quemada/o con el trabajo, la vida familiar y todo en general.

Y cómo es la mente que creemos que así nos va a ir mejor, que haciendo más cosas, que intentando controlar todo vamos a obtener mejores resultados.

Pero no nos damos cuenta que muchas veces ya estamos agotados, saturados y la tarea que llevamos a cabo la estamos haciendo de manera automática o lo que es peor, sin ganas. Llevamos tanto timpo pensando que ya no pensamos. Y lo peor es que ya no estamos dejando tiempo a la creatividad, a que la parte no consciente de nuestro cerebro pueda hacer su trabajo, pueda guiarnos.

Intentamos solucionar problemas pensando y pensando, dejándonos los cuernos por resolver cosas que a lo mejor escapan a nuestro control y que insistiendo en ellas no vamos a conseguir nada.

Nos ha pasado a todos y nos seguira pasando, la sociedad funciona así y nos dice que:

 

-Tienes que hacer mucho para conseguir tus metas

-Tienes que trabajar duro para conseguir tus objetivos

-Tienes que tener esa tarea terminada ya

-¿Tienes un problema/reto? busca la solución

-Piensa, piensa, piensa…

 

¿Pero sabes qué?

No todo es pensar, ¿No te ha pasado que, cuando más relajado estás mejores ideas tienes o que, por «arte de magia» encuentras la solución a ese problema al que levas dandole vueltas días?.

No todas las soluciones se encuentran en la parte consciente de nuestra cabeza. Tan importante es trabajar y estrujarte los sesos en ciertos aspectos como lo es desconectar, descansar, relajarte y darle ese espacio a tu cerebro para que pueda «hacer»,  para que pueda encontrar las soluciones a esos retos.

Seguro que has oido hablar de artistas, científicos o investgadores que se toman días, semanas, meses sabáticos o van a retiros en los que no hacen «nada». Ellos saben que pensando más no van a conseguir la inspración, esa idea inovadora o revolucionaria.

La creatividad no viene del pensamento consciente.

Por supuesto, debemos tener los conocimientos necesarios y unos objetivos y metas definidos, saber dónde queremos ir. Para que el proceso creativo tenga lugar debemos darle una dirección, pero una vez hemos adquirido esos conocimientos y sabemos a dónde vamos debemos confiar y dejarnos llevar.

Estar estresados constantemente, no dormir bien, estar delante del ordenador durante horas, hablar sin parar de ese reto, intentando resolverlo de manera consciente, no nos va a traer la solución.

Simplemente haz el trabajo y relájate, disfruta de las cosas que más te gustan, date un baño leyendo tu libro favorito, escucha música, pasea, ve al monte o a la playa y dale a tu cerebro su dosis de felicidad y tranquilidad que tanto necesita para funcionar.


 

Estar bien estando bien no es fácil y más cuando llevamos toda la vida creyendo que pensando vamos a resolverlo todo. Incluso puede llegar a ser estresante cuando algo dentro de nosotros nos dice que debemos hacer más, que debemos terminar esa tarea o que si no lo haces no vas a conseguirlo, que cómo te vas a ir a la playa si tienes que preparar un nuevo artículo.

Esa vocecita de tu cabeza siempre va a estar ahí, forma parte de tí y se ha ido creando durando años, pero tenemos que empezar a no hacerle caso, a pasar de ella igual que pasas de la opinión de otra persona.

Quizás esa vocecita no tiene razón, ¿lo has pensado?

Ahora sabes que hay otra forma de hacer las cosas, otra forma de vivir. Por suspuesto haciendo el trabajo, esto no significa que dejemos de hacerlo todo y nos sentemos en el sofá esperando que el Universo provea, sino que hagamos lo que tenemos que hacer, nos pongamos metas y objetivos pero que también busquemos el tiempo para relajarnos y sobre todo, que disfrutemos del proceso. 

 

Aunque sólo sea por un momento, déjalo ir, disfruta del momento y verás como

la solución se presenta de manera inseperada en el momento menos esperado.