Una palabreja desconocida para muchos, ¿tú has oído hablar de ella?
Sin duda todo ésto de la genética y la epigenética es un tema complejo pero tan interesante que quiero explicarlo de manera sencilla para que todos podáis entenderlo, para ayudaros a deshaceros de algunos mitos y para de nuevo, empoderaros a coger las riendas de vuestra vida y de vuestra genética.
La teoría tradicional genética dice que todo lo que somos, las enfermedades que padecemos o como reaccionamos a las cosas viene «predestinado» por esos genes que nos han pasado nuestros padres y a ellos sus padres y así sucesivamente y que no podemos hacer nada por cambiar ese sino. Que los genes son los responsables.
En los últimos años, la comunidad científica ha demostrado que no son esos genes si no el entorno quien influencia a esos genes y es el factor más determinante en las enfermedades que sufrimos.
Ahora sabemos que sólo el 5% de las enfermedades actuales proceden de trastornos genéticos propiamente dichos, y que el 95% de las enfermedades están relacionadas con el estilo de vida, el estrés crónico y factores tóxicos ambientales.
La teoría genetica dejaba muchos huecos vacíos que no eran posibles de explicar como, por qué de dos hermanos gemelos idénticos (mismos genes) uno ha experimentado una enfermedad a la que estaban predispuestos por historia familiar y el otro no.
Y de aquí ha surgido la teoría de la EPIGENÉTICA que literalmente significa:
Más allá de los genes
Ésta nos confirma que nada está marcado a fuego en nuestro organismo. Y éste es el principal mito que quiero que borréis de vuestras cabezas: los genes no crean enfermedades ni existe un determinismo genético.
Los genes no son bombillas que siempre estén encendidas dentro del cuerpo sino que son interruptores que se pueden activar y ellos se expresan de determinadas formas creando las diferentes proteínas en las células del cuerpo.
Hay diferentes factores que influyen en esa activación o desactivación de genes, lo más obvio, quizás sea el medio externo, lo que comemos, dónde vivimos, la contaminación, el clima o el trabajo que realizamos, lo hemos visto en las adaptaciones de los animales al entorno (más pelaje) o a depredadores (patas más largas). Pero uno de los factores más importantes y que menos se tiene en cuenta es el medio interno, el estrés, lo que pensamos y lo que sentimos tienen mucho que ver en esa activación.
Podemos controlar nuestro destino genético, ¿no es maravilloso?
Con el siempre hecho de pensar diferente, cambiar nuestros sentimientos, las reacciones emocionales o la conducta a un modelo de vida más saludable en cuanto a nutrición, a niveles de estrés, ejercicio, positividad… estamos mandando señales distintas a las células, haciendo que nuestros genes creen proteinas diferentes.
En otras ocasiones he hablado de lo importante que es la gratitud, ser positivos y nuestras reacciones al estrés, la ansiedad, la ira o el miedo para tener una buena salud del cerebro y del cuerpo pero hoy estamos yendo más allá, más profundo si cabe, en el funcionamiento del organismo, de las células y del ADN.
Estar estresados, enfadados, con ansiedad o deprimidos no nos ayuda, eso creo que lo sabemos todos, pero también creo que no conocemos, bueno conocíamos, hasta que nivel nos afectan esos pensamientos y sentimientos.
Nos pueden cambiar la forma de expresión de los genes!!
Entonces, con las mismas, expresar pensamientos y emociones positivas también van a producir cambios, a mejor, en el ADN, en las células y en el cuerpo.