Esta vez me ha tocado a mi, algo que ves tan cerca, que sabes que en algún momento te va a tocar y que crees que estás preparada para ello, pero llega y entonces te das cuenta de que te estabas engañando, que claro que lo veías pero en el fondo pensabas que esas cosas a ti no te pasan.
Pues sí nos pasan y esta semana ha tocado cerrar la consulta y quedarnos en casa. He sido contacto de una persona que ha dado positivo en coronavirus y por protocolo he tenido que hacer una pcr (con resultado negativo) y quedarme en casa 10 días.
¿Y ahora qué?
No voy a decir que todo ha sido un camino de rosas y que no pasa nada. Que en verdad no pasa nada. ¿Qué son 10 días para el resto de nuestras vidas?
Pero te ves sana, con una semana de trabajo muy especial por delante, autónoma por supuesto y de un momento a otro tienes que cerrar, avisar a todos tus pacientes de que no vas a poder ajustarles y encerrarte en casa.
Sí, podemos seguir lamentándonos, estar de mala leche, decirnos por qué me pasa esto a mi… No te equivoques, todas estas cosas me pasaron por la cabeza y el primer día fue un poco agobiante, no sabía que hacer, iba de lado a lado de casa, llamando a mis pacientes y diciéndome que no pasaba nada. Que a la vuelta todo volvería a ser como antes.
Este proceso me duró unas horas pero enseguida me di cuenta y le di la vuelta, ¿de qué me servía estar así? ¿acaso iba a cambiar las cosas?
Y decidí centrarme en otra cosa, relajarme y bajar la ansiedad. Los que me conocéis sabéis que lo que más me relaja son las labores: macramé, ganchillo, punto… Así que me puse a crear,
cambiar mis pensamientos racionales de por qué me pasaba esto a pensamientos creativos, subir mi energía y cambiar de nivel.
Así que me puse a ello y esto fue lo que salió:
Un fantástico juguete para Konan, nada del otro mundo, pero me ayudó a centrarme, a cambiar mis pensamientos y a relajarme.
Con esto no quiero decir que te pongas a hacer macramé pero sí que hagas algo que sepas que te saca de ese circulo vicioso que es tu mente cuando nos ponemos negativos.
Cualquier opción es buena y ahora tenemos un montón, desde ese libro que compraste y nunca leíste, a cursos online sobre cualquier tema.
Hace poco descubrí una página web llena de cursos interesantísimos; se llama Domestika, quizás te siente bien aprender algo nuevo o retomar aficiones antiguas.
Te invito a buscar tu actividad.
Como ves hoy no te hablo de quiropráctica (que aunque es imprescindible) en ocasiones hay cosas más importantes, como conectar con nosotros mismos, darnos cuenta de cómo estamos, de lo que pensamos y del bucle en el que nos hemos metido.
Si me lees sabrás que sin duda la quiropráctica nos ayuda a salir de ahí, a activar esa parte de nosotros que nos relaja, nos hace más conscientes, menos irritables y nos permite pensar con mayor claridad mental, pero si estás de cuarentena no tienes esta opción, así que te invito a que en cuanto salgas te acerques o nos contactes y descubras cómo la quiropráctica puede ayudarte a TI.